La importancia de un buen aislamiento térmico en la construcción

Edificio Victoria, en la Explanada de Alicante. Un ejemplo de aislamiento térmico aplicado a la rehabilitación de edificios.
A menudo nos fijamos exclusivamente en la estética de los edificios para juzgar si se trata de una buena construcción o no. Sin embargo, hay cuestiones mucho más importantes que influyen en la condición del mismo. Incluso mucho más allá. Como por ejemplo en el confort y calidad de vida del que sus habitantes o usuarios van a tener e incluso en los gastos derivados que se generarán.
El aislamiento térmico es uno de esos aspectos. Verano e invierno son estaciones de temperaturas extremas, en las que se sufren las consecuencias de una mala previsión tanto en malestar como en costes superfluos. Una vivienda o local con aislamiento térmico deficiente sufre una serie de problemas cuya repercusión más importante es el derroche energético que se produce a través de su envolvente. Esto genera un incremento en el importe de las facturas de la luz y una considerable disminución de su confort.
Sin embargo, gracias a las modernas técnicas disponibles hoy en día la rehabilitación térmica de edificios conlleva una serie de ventajas, entre las que podemos destacar:
- La inversión realizada se compensa con los ahorros que genera la obra. Dependiendo de las circunstancias de cada actuación, el desembolso se recupera en un plazo comprendido entre los cuatro y los siete años.
- Los inmuebles rehabilitados se revalorizan notablemente, ya que además de las ventajas en lo que respecta a las mejoras técnicas, el edificio mejora sustancialmente su estética exterior.
- Existen ayudas y subvenciones disponibles para sufragar gran parte de la inversión necesaria.
- Los ruidos provenientes del exterior quedan minimizados, reduciendo las molestias que provocan en las viviendas.
A menudo surge la duda de en qué parte de la construcción hay que poner el énfasis para un buen aislamiento térmico. ¿Ventanas, paredes, juntas, tejados o todas la vez? El punto crítico lo presenta la envolvente del edificio, que comprende la cubierta, la fachada y la carpintería exterior. Estos son los tres elementos que confieren aislamiento térmico a un inmueble, por lo que no se debe descuidar ninguno de ellos. De nada sirve tener una carpintería de calidad si la fachada no presenta rotura de puente térmico. Se trata de la zona de un inmueble donde la resistencia térmica puede modificarse significativamente debido a tres cuestiones principalmente:
- Materiales de diferente conductividad térmica.
- Cambio en los espesores de la fábrica de ladrillo.
- Diferencia entre áreas exteriores e interiores.
Por este motivo, entre los problemas y causas más habituales que provocan un deficiente aislamiento térmico en edificios se encuentran las pérdidas térmicas que se producen en la fachada y en la carpintería exterior. Hay que tener en cuenta que una cubierta mal aislada afecta únicamente a las últimas viviendas, mientras que la fachada es un elemento que afecta a la totalidad de las mismas.
Para poder detectar pérdidas de temperatura en una vivienda hay que analizar los materiales con los que se ha construido la fachada, si existe doble hoja con cámaras de aire, aislamientos térmico, etcétera. En definitiva, realizar un estudio detallado y minucioso que nos permita proyectar la mejor solución a cada caso concreto.
De igual forma podemos analizar la cubierta de un edificio, y comprobar así si cumple con la normativa vigente al respecto. Es recomendable que todas estas comprobaciones sean realizadas por personal técnico cualificado, como con el que cuenta Grupo BDI.
Una vez detectada la causa, ¿cuáles son las técnicas y trabajos más aconsejables para conseguir que un edificio o local tenga un buen aislamiento térmico?
En primer lugar, es importante contar con el estudio previo del estado de un edificio para conocer realmente las necesidades que presenta. Así se podrá plantear el proyecto en función de las anteriores las soluciones más óptimas desde un punto de vista técnico y económico.
Una vez realizado el estudio, y según la tipología de los elementos constructivos que nos encontremos (cubierta plana, inclinada,…), existen diversas técnicas y materiales a emplear para conseguir dotar de un mayor aislamiento al inmueble. Por ejemplo, podemos actuar en la rehabilitación térmica de una cubierta aislando desde el interior y desde el exterior. Conviene no olvidar que la cubierta de un edificio es el elemento constructivo más sensible y con mayor grado de exposición frente a agentes externos como lluvia, solo o nieve.
En cuanto a materiales, hoy en día existen algunos de gran calidad que portan un gran aislamiento térmico.
En cubiertas podemos utilizar planchas de aislamiento térmico de poliestireno extruído, lana mineral o cubiertas ajardinadas.
En fachadas, podemos aplicar un SATE (Sistema de aislamiento térmico por el exterior), así como también ejecutar una fachada ventilada (dotar de una segunda piel a la ya existente del edificio) mediante materiales cerámicos, paneles compactos de resinas fenólicas y paneles de aluminio con núcleo de poliestireno.
Recientemente, Grupo BDI ha ejecutado la rehabilitación del edificio Victoria, situado en La Explanada de Alicante, mediante la instalación de paneles compactos de resinas fenólicas de la marca Trespa, líder mundial en la fabricación de materiales, innovadores en el campo de la arquitectura.
En lo que respecta a las carpinterías exteriores, los materiales más utilizados son el aluminio y el PVC. Ambos son buenos si la carpintería está dotada de rotura de puente térmico.
Es interesante recordar que la característica técnica más importante de todo aislamiento térmico es su coeficiente de conductividad, parámetro que indica el calor transmitido en una pared, expresado por unidad de superficie y espesor en la unidad de tiempo y cuando entre sus superficies interior y exterior se establece la diferencia de temperatura de un grado.